menitras y gordas

Una mirada. Intensa, aguda, profunda…

Una mirada anhelada, buscada, deseada… y evitada, ante la contrariedad absurda.

Una mirada que se convierte en caricia y en el perfume de su piel.

Una mirada, que se encuentra y se pierde en la efervescencia etérea de la densidad del humo volátil

Una mirada, protagonista de los sueños perdidos entre las sábanas de la noche.

Una mirada por la que entregar el alma.

Una mirada, que despierte su sonrisa. Una sonrisa que le define tanto la personalidad, como los lunares su piel.

Una mirada que evita mirarse, para no dejarla de mirar a todas horas.

Ocultar esa misma mirada, con la facilidad con la que se ocultan las palabras que adormecen y atormentan. Una mirada sumergida en gordas mentiras: “MENTIRAS Y GORDAS”, para no perder su mirada.