el mar

Llegar a alcanzar ver “el mar” puede llegarse a convertir mucho más que en un deseo, para aquellos en los que ven el azul la consagración de sus sueños. Puede restársele a la vida otros valores y convertirse en alcanzar llegar a ver las olas en una verdadera obsesión en lo que el resto parece girar y sucumbir. Quizás ya no sea importante ni las conchas, ni el salitre, ni los peces, ni la madera arrumbada a la orilla de un viejo pesquero… sino en mantener vivo un sueño por el que luchar. La lucha puede estar limitada a unas paredes, en las que ven limitarse muchas vidas o extenderse al interior de cada uno: mucho más allá de las propias intenciones, mucho más allá de los deseos mas soterrados, mucho más allá de nosotros mismos. Mucho más allá de “el mar”…