
Un torso que se desprende de la camiseta en blanco. En blanco como la mente. En blanco como las hojas vacías de nuevas creaciones. En blanco como el lienzo de cuadros sin paisajes.
Se arrastra por la atracción hacía el temerosa incertidumbre de sentir la atracción que le hace conocedor de la necesidad de ser descubierto por sí mismo. Dejarse aturdir por el descubrimiento de emociones que se rechazan por el miedo. “Dioses y Monstruos” desatados de los sueños, para encadenarse a la vida.