get real

El ser humano radica su existencia en muy diversos pilares, entre los que, sin lugar a dudas, desempeña una función determinante el concepto de búsqueda. Un concepto ampliado a distintos y muy dispares, entre sí, factores. Distintos y dispares, que, al final, pueden resumirse en uno: una búsqueda constante de "sí mísmo". En ocasiones, pueden existir complejas posibilidades. Posibilidades que ya, superen la dificultad de llegarnos a encontrar a nosotros mísmos, sino, que, además, por su importancia, debamos ayudar a descubrirse a sí mismo a terceras personas. Una compleja dicotomía, que por enfrentación de carácteres... o es más: por la dificultad que supone afrontar esa dificultad, nos vemos arrastrados a no afrontar esa realidad. Así creamos, sin ser, en profundidad, conscientes de cómo estamos empeorando la situación. En un atísbo de lucidez, superamos la tremenda decisión de manifestar publicamente las emociones y las sensaciones, sabiendo que con ello estamos alejando de nosotros a esa persona, a la que le mostramos, una vez más, el camino para la aceptación. Para el reconocimiento. Para el entendimiento. Para mostrarle el sendero para afrontar sus temores. Aunque, quizás, no sean los mismos valores a los que aferrarse, tal y como nosotros nos aferramos a ellos. Así surge el conflicto de los intereses, más honestos y peligrosos. El conflicto entre la verdad y la lucha interior por admitirla.