tommy riley

Cuando los límites se extienden mucho más allá de las cuerdas de un ring. Cuando el instinto autodestructivo no es parado por ningún par de zapatillas, ni por ningún par de guantes de boxeo.

Cuando los muros de palos de madera de una casa de montaña hace tambalear los cimientos de una advertencia del pasado, bautizada por lágrimas de arrepentimiento.