
Aunque los dos hombres tienen personalidades muy diferentes, Eyal, el tío duro por excelencia, se deja conquistar por las ideas liberales y el inagotable entusiasmo del joven Axel. Sin embargo, el conservadurismo machista de Eyal vuelve a hacerse con las riendas cuando Axel le dice con toda franqueza que es gay. Una incómoda tensión se instala entre los dos hombres.
Axel regresa a Alemania, pero el Mosad sospecha que Himmelman podría salir a la luz para asistir a la fiesta de cumpleaños del padre de Pia y Axel. Eyal se marcha a Alemania donde debe ver a Axel para saber más acerca de la familia.
Eyal, el asesino profesional, más vulnerable desde la muerte de su ex mujer, deberá descubrir y enfrentarse a algunas verdades sobre sí mismo...