grande école

Al final, surge la incertidumbre. Al final, se impone el castigo o se opta por premiar con la fidelidad. Al final, puede surgir la felicidad o sorprender con la condena. El final, es la consecuencia obtenida por la decisión de emprender el juego de la concesión de sentimientos y emociones. Un juego codiciosamente peligroso, ya de por sí entre dos personas que forman una pareja altamente retada por la posibilidad de integrarse una tercera Redoble de tambores, cuando a los ángulos del triángulo se tiende a sumar el ángulo obtuso de la tercera dimensión y la complejidad del quinto elemento. Fuerzas, deseos, temores, confusión e incertidumbre se ciernen sobre sí, ante el encadenamiento del diálogo entre lo que teme sentirse, con lo que realmente se siente y lo que es correspondido, con lo que puede ser correspondido. Sentir, sintiendo que es correspondido y negar la evidencia de lo que se siente, padeciendo que se siente con el temor a ser reconocido. Total: no hay premio, sin castigo. Castigo que premie los sentidos, ni sentidos que, al final, no sean reconocidos. Si de verdad no te enteraste de algo: ve éste film a ver si de verdad logras comprenderlo.